Bajemos las arpas de los sauces

Hoy escuché el Coro de los esclavos , de G.Verdi., canté y lloré con ellos en el momento en que añoraban con tanta pena su tierra natal, era tal su tristeza que colgaron sus arpas en las ramas de los sauces, porque no podían tocarlas, su canto era solo un lamento al ver las torres destruidas de Sión,  lloraban por no sentir la dulce brisa de las orillas del Jordán.

Mi tristeza era por causas semejantes, al ver  y  oír las lamentaciones de mi pueblo,  de mi gente, de mi tierra natal. Pareciera que se ha perdido la alegría , la  fe, y  la esperanza .  Razones hay muchas, todas valederas, porque se ha destruido  la justicia,  se intenta por todos los medios destruir  la  fe,  la familia y por sobre todo a los niños. Caminar por las calles es ver y escuchar sólo lamentos, ¿Es que ha cesado la alegría?  Se perdió la esperanza? Hay sólo dolor, angustia, temor?  , No, no es lo único que vemos, el Amor estará siempre presente, porque el amor nunca deja de ser,  todo lo puede, todo lo soporta, y si amamos,  todo será más fácil, más hermoso, siempre  habrá una esperanza,  una inspiración , una luz  que nos llevará  al encuentro con el ser amado,  y que nos ayudará  a pasar por el valle del dolor .   Por lo tanto, les invito a pensar y a creer  como Habacuc, cuando dice:: “Aunque la higuera no florezca,  ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación.” Confiemos en ese Dios que es la esencia del amor y que está fluyendo cada día para saciar nuestra sed,  vengamos a Él , unámonos en Él,  para que estemos  protegidos bajo sus alas y, entonces,  volverá la fe, la esperanza , la justicia  y la fortaleza,  hasta que pasen los quebrantos.

Un gran abrazo, lleno de esperanza.

Beth Rivas S.

1 comentario en “Bajemos las arpas de los sauces”

  1. Nancy Montoya Ormeño

    Pase lo que pase, sea cual sea la “tierra extraña”, no nos dejemos vencer, no colgemos el arpa en el árbol del desánimo. Mejor ven cantemos juntos, adoremos juntos, trabajemos juntos ; que siempre Dios nos tiene nuevos caminos, nuevas sendas; nuevas fuerzas, para caminar, y seguir defendiendo la familia.
    Hermoso mensaje.

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