Chile: «Nadie nos pidió permiso para nacer hombre o mujer». Dos diputadas presentan una denuncia constitucional contra el ministro de Educación por imponer la ideología de género

En México, las iglesias sirven de refugio frente a la violencia del crimen organizado. En Colombia, los provida exigen al Senado que no legalice la marihuana porque “normalizar las drogas es normalizar la muerte”.

Empezamos esta crónica semanal de Hispanoamérica  —en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI—  en Chile, para defender la ley natural frente a la ideología de género, una corriente que considera que el sexo no es una realidad biológica sino una construcción sociocultural, es decir, que cada uno puede elegir su sexo con independencia de su biología. Todo lo cual atenta contra la ley natural, pues todo el mundo sabe con la sola razón que se nace hombre o mujer y nadie nos pidió permiso para ello, como tampoco para nacer. 

En ese país, dos diputadas —Sara Concha y Francesca Muñoz— han presentado una denuncia contra el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, por violar el derecho constitucional de los padres sobre la educación de sus hijos imponiendo la «Orientaciones para la inclusión de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex en el sistema educativo chileno», recoge Infocatólica

Una de las actividades de dicha guía pide a los niños «ubicarse mirando la espalda de su compañero y hacer masajes en la espalda expresando lo que sienten en ese momento» para «reflexionar sobre los modelos de masculinidad y femineidad construidos a lo largo de la historia». 

Entrevistada por Radio UdeC, Muñoz dijo: «Yo pregunto por qué no le informaron a los padres (…) se necesita la autorización de los padres, eso es lo que dice la Constitución actual y el Estado debe dar especial protección a este derecho». Además añadió que «se está vulnerando el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos».

Algunos de estos grupos criminales son el Cártel Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios 

Nos vamos a México, cuyas iglesias están sirviendo de refugio contra el crimen organizado. En concreto, una  parroquia en la diócesis de  Apatzingán, en el estado de Michoacán, recibe desde el jueves 8 de junio a cientos de refugiados de poblaciones cercanas que huyen de una disputa territorial del crimen organizado, recoge Aciprensa

Colombia

En ese estado diversos cárteles de la droga se disputan los territorios. Algunos de estos grupos criminales son el Cártel Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios.

En diálogo con ACI Prensa, Mons. Cristóbal Asencio, Obispo de Apatzingán, manifestó que los desplazados “acudieron con toda confianza” a la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en el poblado de Presa del Rosario, a unos siete kilómetros de la ciudad, “buscando el socorro de Nuestro Señor, de su pastor y de sus hermanos”. “Todos ellos saben que estamos para servirles”. Aunque “no podamos resolverles todas las cosas que necesitan”, expresó, “los padres les abrimos el corazón, los brazos, las puertas de la parroquia, de la Iglesia”.

Unidos por la Vida llamó a los senadores a hacer “lo correcto” y no aprobar este proyecto, pues “normalizar las drogas es normalizar la muerte 

Nuestro siguiente destino es Colombia, donde la plataforma ‘Unidos por la Vida’ exigió al Senado que no legalice el proyecto de ley que autoriza en el país la comercialización de la marihuana, recoge Aciprensa

La iniciativa es impulsada por los parlamentarios Juan Carlos Losada, del Partido Liberal, y María José Pizarro, del Pacto Histórico. Su objetivo es modificar el artículo 49 de la Constitución para permitir “el porte, producción, distribución, venta y consumo del cannabis y sus derivados por parte de mayores de edad”. El presidente Gustavo Petro apoya la legalización de la producción y comercialización de la marihuana para uso recreacional. 

Desde su cuenta de Twitter, Unidos por la Vida llamó a los senadores a hacer “lo correcto” y no aprobar este proyecto, pues “normalizar las drogas es normalizar la muerte”. “Legalizar es normalizar, normalizar es llamar bien a lo que está mal, lo que está mal daña, acaba y destruye. ¡Colombia, despierta!”, añade la plataforma provida.

Hispanidad.com

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