En Chile, Padres Objetores junto a otras organizaciones de la sociedad civil hemos estado alertando a la ciudadanía, en especial a los padres y abuelos sobre qué es la Ideología de Género y sobre los proyectos de ley que se tramitan en el Congreso.
Muchas de éstas iniciativas legislativas apuntan a la normalización de la homosexualidad como opción, en nombre de la sacrosanta tolerancia a la diversidad y que debe llegar a los niños desde su más tierna infancia.
En las enseñanzas se insinúa aunque no faltan los fanáticos fundamentalistas que afirman que se nace homosexual y se atreven a afirmar la existencia de un gen gay. Es decir la homosexualidad tiene una causa físico/biológico, y no un origen de carácter psicológico.
La visión ideológica es que se nace homosexual, que no es una conducta adquirida, por eso no se contemplan terapias reparativas para aquellos que puedan en la pubertad o en la adolescencia sentir inclinación por alguien de su mismo sexo y que sólo puede ser una confusión temporal.
Al respecto el Ministerio de Salud dejando de lado cualquier escrúpulo o consideración de carácter humanitario, declaró en el año 2016 que las “terapias reparativas” de la homosexualidad, “representan una grave amenaza para la Salud” e incluso para la vida de las personas. Es decir un adolescente que sufra temporalmente disforia de género está condenado a seguir ese camino sin misericordia, con ninguna posibilidad de recibir ayuda profesional. Como antecedente podemos agregar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que, la homosexualidad no puede bajo ningún punto de vista ser tratada como enfermedad, la Asociación Americana de Psiquiatría y la Asociación Americana de Psicología, han advertido que las terapias que buscan revertir la orientación sexual sólo provocan daño emocional a las personas, despertando incluso sentimientos suicidas, por lo cual las han repudiado de manera explícita.
El Estado chileno se hace parte e incorpora políticas de ONU, OMS o PNUD, que son pautas comunes en todos los países para crear y fomentar más y nuevos derechos tendientes a favorecer el aborto, apoyando y promoviendo a grupos feministas radicales, a las políticas de género y la transexualidad. Con este nivel de respaldo las organizaciones LGBTIQ inciden con una fuerte presión en el Congreso, el cual cede ante el buenismo de lo Políticamente Correcto.
Es tan grave la situación, que en el Congreso se presentó el proyecto “Nada que corregir”, patrocinado por las diputadas Natalia Castillo (RD) junto a su par Pamela Jiles el cual persigue, que padres y madres no pretendan intentar “corregir” a sus hijos e hijas, propugnando que “Cada vez que una familia intente, mediante terapias correctivas y otros mecanismos, modificar la orientación sexual, la identidad o la expresión de género de un niño, niña o adolescente, lo que está haciendo es maltratarlo, y eso es violencia intrafamiliar“
Natalia Castillo (Frente Amplio). El lanzamiento pretende modificar la Ley N° 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar y la Ley N° 20.609, conocida como ley Zamudio, para poder regular y sancionar actos de violencia al interior de la familia, que busquen modificar la orientación sexual o identidad de género en la niñez.
El fin de este proyecto es modificar la ley de Violencia Intrafamiliar, y la ley Zamudio. Según sus autoras debe ser la ley, la que regule este tema, y no el criterio de un juez, e incidir en la ciudadanía la concientización sobre las dificultades que viven los niños y niñas LGBTI+ en Chile.
A la luz de los antecedentes podemos concluir, que interesa más al gobierno, a diputados y senadores, el fomento de una ideología, que la salud de niños y adolescentes, que ayudarlos con profesionales capacitados quienes pueden entregar terapias reparativas.
ONG
Padres Objetores Chile

Somos un conjunto de ciudadanos, padres y madres, que frente a la política estatal de implantación de la ideología de género en la educación chilena, y consientes del derecho originario, natural y constitucional de los padres a ser los primeros educadores de sus hijos, nos unimos para exigir el respeto a este derecho inalienable, por parte del Estado, y de cualquier persona natural o jurídica, que nos lo conculque o incurra en omisiones que signifiquen lo mismo.