Cada 31 de diciembre se repite la tradicional fiesta de “Año Nuevo” en familia, entre amistades deseando que el nuevo año sea mejor, y es así en todo el mundo, pero cada año tiene sus propias originalidades y cada uno es parte de una larga cadena que se remonta en el “tiempo” incluso antes de nacer.
Para los antiguos en diferentes Cosmogonías y Teogonías el tiempo era considerado uno de los grandes dioses. -El Tiempo. Nombre griego de Saturno, en honor del cual los rodios y algunos griegos celebraban todos los años unas fiestas llamadas Chronia. Era uno de los más grandes dioses, y los cartagineses le tenían un respeto tal, que no se atrevían a pronunciar su nombre, y le llamaban “el Anciano”.
Krono Chrono
En los mitos griegos, Chronos era el dios de las Edades (desde la Dorada hasta la de Bronce) y del zodiaco. Es un dios que se entrelazó con su compañera Ananké (la Inevitabilidad) en una espiral en torno al huevo primigenio y lo separó, formando el universo ordenado de la tierra, el mar y el cielo.
Chronos permaneció como el dios remoto e incorpóreo del tiempo que rodeaba el universo, conduciendo la rotación de los cielos y el eterno paso del tiempo.
En la tradición órfica, Chronos era hijo de Hydros (el Océano primigenio) y Thesis (la primigenia Tethys). Junto con Ananké, era padre de Éter (Puro brillo, luminosidad) y Érebo (La Oscuridad) o Fanes (En la cosmogonía órfica, Fanes el “resplandeciente”. El Primogénito “el primero que nace”) es un dios nacido del huevo cósmico que fabricó o engendró Chrono. Es la deidad primigenia que constituye el origen de la procreación y la generación de todas las cosas.
Otras fuentes afirman que era padre de las Horas y, de la unión con Nix o Nicte (diosa primordial de la noche nacida del Caos) de Hemera (diosa primordial (Protogonos) y la personificación femenina del día. También era llamada Amar. Los romanos le dieron el nombre de Dies. Otras fuentes griegas mencionan a Kairos (el dios del tiempo oportuno como hijo de Chronos) y en otros casos como hermano de este. Más tarde, por sí misma y sin intervención masculina, Nix engendró a Moros (Destino), Ker (Perdición), Tánatos (Muerte), Hipnos (Sueño), Geras (Vejez), Ezis (Dolor), Apate (Engaño), Némesis (venganza), Eris (Discordia), Filotes (Amistad, Ternura), Momo (Burla), las Hespérides (Hijas de la Tarde), los Oniros (los Sueños), las Keres (espíritus de la destrucción y muerte) y las Moiras (Destino).
Crono
En la mitología griega, Crono o Cronos era el principal de la primera generación de titanes, descendientes divinos de Gea y Urano,. Crono derrocó a su padre Urano y gobernó durante la mitológica edad dorada, hasta que fue derrocado y encerrado en el Tártaro o enviado a gobernar el paraíso de los Campos Elíseos. Se le solía representar con una hoz o guadaña, que usó como arma para castrar y destronar a su padre, Urano.
En el antiguo mito registrado por Hesíodo en su Teogonía, Urano luego de haberlos engendrado los titanes los retenía en el seno de su madre (Gea) y no permitía que vieran la luz. Gea creó una gran hoz de pedernal que solo Crono estuvo dispuesto a cumplir su deseo de matar a Urano, así que Gea le dio la hoz y le hizo tender una emboscada. Cuando Urano se encontró con Gea, Crono lo atacó con la hoz y lo castró. De la sangre (o, según algunas pocas fuentes, del semen) que salpicó en la Tierra surgieron los Gigantes, las Erinias y las Melias. Crono arrojó al mar la hoz y los genitales amputados de Urano. Alrededor del miembro cortado se formó una espuma de la que emergió Afrodita (diosa de la belleza, la sensualidad y el amor. Su equivalente romano es Venus. Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que antiguamente no se refería al amor en el sentido romántico sino erótico (El término erotismo designaba originalmente al amor apasionado unido con el deseo sexual, sentimiento que fue personificado por el dios Eros).
Tras derrotar a Urano, Crono subió al trono junto a su hermana Rea como reyes de los dioses. Esta época del reinado de Crono se denominó la edad dorada, pues la gente de entonces no necesitaba leyes ni reglas: todos hacían lo correcto y no existía la inmoralidad.
Crono supo de Gea que estaba destinado a ser derrocado por uno de sus propios hijos, como él había derrotado a su padre. Por ello, aunque fue padre con Rea de los dioses Deméter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón, se los tragaba tan pronto como nacían. Cuando iba a nacer su sexto hijo, Zeus, Rea pidió a Gea que pensara un plan para salvarlos y que así finalmente Crono tuviese el justo castigo a sus actos contra su padre y sus propios hijos. Rea dio a luz en secreto a Zeus en la isla de Creta y entregó a Crono una piedra envuelta en pañales, también conocida como Ónfalos, que este tragó enseguida sin desconfiar creyendo que era su hijo. Rea mantuvo oculto a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta.
Cuando creció, Zeus usó un veneno que le dio Gea para obligar a Crono a regurgitar el contenido de su estómago en orden inverso: primero la piedra, que se la dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, y después al resto de sus hermanos. Zeus liberó del Tártaro a los Hecatónquiros y los Cíclopes, quienes forjaron para él sus rayos, el tridente para Poseidón y el casco de invisibilidad para Hades. En una gran guerra llamada la Titanomaquia, Zeus y sus hermanos y hermanas derrocaron con la ayuda de los Hecatónquiros y los Cíclopes a Crono y a los otros Titanes (los titanes prototipo de los angeles “caidos” de los cristianos). Tras esto, muchos de ellos fueron encerrados en el Tártaro, si bien otros no (como Rea, Metis, Epimeteo, Menecio, Hécate, Océano y Prometeo entre otros cuantos). Gea engendró al monstruo Tifón para vengar a los encarcelados Titanes, pero Zeus terminaría venciéndolo.
El Cronos Griego fue adoptado como el Saturno Romano, con características más amigable, menos cruel y considerado un Dios del “Tiempo Humano”
El dios – titán Crono o Saturno en la mitología romana, en el acto de devorar a sus hijos es el simbolismo o alegórico del paso del tiempo.
Saturno, el tiempo no se detiene, sus hijos –la humanidad – somos esclavos del tiempo, atados a él del nacimiento a la muerte todo dentro del universo está sujeto a miríadas de ciclos y microciclos que por lógica afecta al ser humano. Todo está bajo El dominio del tiempo y a no podemos escapar de él, siempre nos alcanza, y nuestras acciones en algún instante, en algún cruce del camino la justicia ejerce su imperio para entregarnos el fruto (consecuencia, efectos) de nuestras acciones.
Es imposible siquiera imaginar que podemos escapar, pero tenemos esperanzas de que el futuro será o podría ser mejor, y es lo que anhelamos con la llegada de cada año, pero este es el eslabón, el hijo del año que se despide, por lo tanto hay una continuación en el devenir. El futuro, ese aspecto del tiempo no se detiene, es voraz, no termina nunca su avance y hay que saber vivir en armonía; todo tiene su tiempo; tiempo para Vivir, para Orar, para descansar, tiempo para preparase para el misterio de la muerte, porque despacio, lentamente al sumar tiempo de vida nos va restando el vigor, la memoria, la fuerza, la belleza y final el aliento.
Crono Saturno, el tiempo todo lo devora, todo lo destruye a eso se le llama entropía, esa es la segunda ley de la termodinámica, nada se desarrolla para siempre, todo tiene su propio límite desde el nacimiento a la muerte.
Sin embargo en este instante cuando estamos despidiendo el inolvidable año 2020 que ha dejado el mundo de cabeza, lleno de convulsiones, de cuestionamientos al palpar la fragilidad de la vida humana, pese a ello debemos reconocer que ha dejado enseñanzas para la humanidad, duras, por eso nuestras esperanzas que el año 2021 sea un mejor nuevo ciclo.
¡Bienvenido año 2021!
Livio Amador Roldan
Diciembre 31 2020.

Somos un conjunto de ciudadanos, padres y madres, que frente a la política estatal de implantación de la ideología de género en la educación chilena, y consientes del derecho originario, natural y constitucional de los padres a ser los primeros educadores de sus hijos, nos unimos para exigir el respeto a este derecho inalienable, por parte del Estado, y de cualquier persona natural o jurídica, que nos lo conculque o incurra en omisiones que signifiquen lo mismo.