Hace algunos días tuve un mal sueño… hago esfuerzos por no recordarlo, pero siguen siendo intrusivas las imágenes, mi angustia sobresale y ya no se esconde, mis temblores se hicieron amigas de mi profundo temor. Hoy de madrugada me despertaron las lágrimas que me hablaban de su pena y ya no las quería escuchar.
Por eso recurro a ti, y con mis palabras escondidas que salen a la luz, quiero contarte acerca de lo que me causa temblor y lágrimas… sigilosamente la pesadilla se asoma a mi cabecera y me susurra a los oídos sus secretos oscuros… ohhh que agonía y horror.
Mi desesperación y lágrimas me despiertan, mis palabras temblorosas claman a los Cielos un sueño esperanzador.
Tal vez un vaso de agua pueda calmar mi pesar, mientras mis lágrimas le dan sabor al agua que bebo. Me siento en la desesperación, mientras pienso en mis pequeños hijos… aún tan pequeños… en sus ojos veo la calidez de la inocencia, el amor incondicional. ¡Son mis pequeños hijos! ¿Qué hago con la agonía de la desventura que asoma sus pasos escondidos?
¿Qué hago querido confidente de mi pesadilla? Lloro en el desconsuelo la venida del engaño inesperado, lloro en agonía lo que es fruto y hermana de la muerte. ¡Mis hijos aún duermen! ¡ya mas tarde vendrá la luz!
Tal vez en sus 5 años, mi pequeña hija canta en sus sueños hermosas canciones de amor a los abrazos de sus padres, mientras el pequeño construye su mundo cimentado sobre nuestros corazones. ¡Que el amor sea su fortaleza y que prevalezca el recuerdo eterno de la familia en la cual agitaron su querer! ¡Madre amada, querido padre!
Cierro mis ojos para cesar las lágrimas, mientras susurran: ya llegaron las indolentes sombras que siembran la sequedad y la muerte.
En mi pesadilla, las sombras clamaban por la libertad de los niños, sin recordar que mis hijos son pequeños, olvidando la ciencia y el amor verdadero, donde la niñez ya no será. ¿cuál libertad es aquella que vislumbra la esclavitud de los niños en las pérfidas manos?
Las sombras hablaban de la autonomía progresiva, olvidando para después el cuidado y amor paternos, dejando encadenados a aquellos padres que seguían amando a la inocencia. Ahora vendría la ley y sería como un padre que cantaría sus palabras y en los prontos tiempos venideros diría: desea sin amar, odia lo que restrinja, destruye sin culpa, delata al que te ama, condena a muerte al que te dio la vida. Y la ley en las delicias de la pérfida muerte, cantará como una madre cruel: eres mía pequeña hermosura, deliciosa pasión, únete a mi perverso querer, sé mi fuente de terror y placer, deléitate inocencia en mi horror.
En mi despertar, recuerdo que están vendiendo a mis hijos en un lúgubre escondite, por unas pocas monedas se han vendido a la muerte. Sus ilusorias y pequeñas riquezas dadas han sido bañadas en el pacto sangriento. El engaño de la muerte, que dará su indolente golpe a quienes la han abrazado. ¡Se han elevado en el brillo de la muerte y ella misma los secará en un fuego que tortura!
Ya han pasado los días, y la esperanza vislumbra su luz, mientras aquellos que han cedido a la mentira se sumen en su oscuridad.
¡Ante la venida de un sueño no deseado!
¡Para aquellos niños y sus padres que quieren crecer en el amor de la familia!
Jorge D. Psicólogo

Somos un conjunto de ciudadanos, padres y madres, que frente a la política estatal de implantación de la ideología de género en la educación chilena, y consientes del derecho originario, natural y constitucional de los padres a ser los primeros educadores de sus hijos, nos unimos para exigir el respeto a este derecho inalienable, por parte del Estado, y de cualquier persona natural o jurídica, que nos lo conculque o incurra en omisiones que signifiquen lo mismo.
Es el triste gemido de nuestras familias., pero no hay que perder la esperanza.Para Dios nada es imposible.